El Aloe vera tiene amplios usos en la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética, debido a sus propiedades funcionales, antioxidantes y terapéuticas. Un adecuado aprovechamiento de la planta, está asociado al contenido de sus componentes bioactivos, microestructura y los métodos para preservar y estabilizar los productos obtenidos de la planta. En este trabajo se realizó una compilación relativa al origen de la planta, su estructura, la composición química y microestructural de su pulpa, métodos de procesamiento tradicionales y tecnologías emergentes empleadas en la conservación y estabilización del mismo; así como la importancia de los diversos estudios relacionados con su actividad biológica y efectos farmacológicos. La información presentada puede ser una guía útil para conocer la estructura y microestructura de la planta, así como para la selección de métodos para el procesamiento del aloe y la preservación de los componentes bioactivos presentes en el Aloe vera los cuales son responsables de su actividad positiva para la salud.
Es una planta Africana con alrededor de 360 especies diferentes, pertenece a la familia de las asfodeláceas o liláceas, con hojas perennes en forma de roseta; su tamaño puede alcanzar desde unos cuantos centímetros hasta los 50 cm.
La primera descripción científica que se conoce como “Aloe Vera perfoliata var Vera”, fue datada 1753 por Carl Linnaeus. Nicolas Laurens Burman concedió en 1768 a esta variedad el rango de una especie. En el mismo año, Philip Miller propuso un nuevo nombre, "Aloe Barbadensis" y remitía con esto al de Caspar Bauhin utilizado en 1620 con el nombre vulgarmente conocido como Aloe. A causa de la publicación más tardía de Miller tuvo prioridad el nombre “Aloe Vera” ante el de “Aloe Barbadensis” pero finalmente se le añadió el apellido Miller de Philip.